
En este año de gracia en que celebramos con gratitud el centenario de nuestra Congregación, hemos querido actualizar el mapa que conservábamos en el museo con una intención profundamente eucarística: representar las horas de adoración que se ofrecen en cada una de nuestras casas repartidas por el mundo.
Y ha sido una auténtica alegría constatar que, entre todas, la adoración no se interrumpe en ningún momento del día. Las 24 horas están cubiertas con corazones en vela ante Jesús Sacramentado. Un verdadero milagro de fidelidad, fruto del amor a quien es el centro de nuestra vida y vocación.
Este nuevo mapa no es un simple objeto. Lo hemos colocado a la entrada de cada capilla y también en la tribuna de San Antón, como un signo vivo de unidad en la adoración. Mirarlo es saberse parte de un cuerpo extendido que, en todos los continentes, vela junto al Señor.
Con especial emoción recibimos el testimonio de nuestras hermanas Capuchinas de San Antón, en Granada. Ellas han querido situar el cuadro en la tribuna donde Madre Trinidad adoraba al Santísimo, y donde recibió de Dios la luz para comenzar esta Obra. Nos escribieron:
“Así os tenemos presente como Congregación. Teníamos muchas ganas de poner algo de ella ahí y vuestro regalo nos dio la luz. Mejor imposible. Ella y todas vosotras en nuestros corazones y nuestras oraciones.”
¡Qué hermoso es ver cómo el Espíritu sigue suscitando gestos de comunión, amor y gratitud! Nos une el mismo fuego, el mismo deseo de reparar, adorar y consolar al Corazón Eucarístico de Jesús.
Allí donde ella adoraba, la llama sigue ardiendo. Y en cada una de nuestras casas, humildes y escondidas, la adoración continúa, día y noche, como un canto silencioso de amor y entrega.
“Todo por Jesús Eucaristía… aunque no lo veamos, Él lo ve y lo recibe” – solía decir nuestra Madre.
¡Gracias Señor, por este mapa que late, que vive, que adora!
DE INTERÉS…