Gran regalo, de un lugar y unas monjas especiales para nuestra congregación. La casa de donde el Señor llamó a Madre Trinidad, San Antón (Granada), nos ofrece una nueva custodia, para que sigamos adorando a Dios en espíritu y en verdad.
Siempre, pero especialmente en este centenario, sentimos vuestra cercanía y esos lazos de amor que tanto le costó dejar a Madre Trinidad. Ahora la comprendemos perfectamente.
¡El sacrificio de la separación dio sus frutos en la Iglesia!
¡Todo ha valido la pena!
¡Gracias!
Queridas M. Irene, M. Pilar y hermana todas: PAZ Y BIEN.
El próximo día 11 de abril celebramos los 100 años de la Fundación del querido Monasterio de Nuestra Señora del Espino de Chauchina y por tanto de vuestra Congregación de Esclavas de la Stma. Eucaristía y de la Madre de Dios. Ya sabéis que para las hermanas que entonces vivían en San Antón fue un gran desgarro como suele suceder siempre que alguien que queremos se aparta de nosotros, pero no por eso hemos dejado de ver la mano de Dios en esa fundación que ha hecho posible que durante estos 100 años se haya alabado y adorado a Jesús Eucaristías en Chauchina y en tantas casas como nuestra querida M. Trinidad ha ido plantando su carisma. «Por sus frutos los conoceréis» dice Jesús en el Evangelio y somos conscientes de que la Obra iniciada por ella, ha dado ese fruto y sigue dándolo aquí y allende los mares. Que El Señor os siga bendiciendo y multiplicando para que en todo lugar adoremos a Jesús en espíritu y en verdad.
¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES POR ESTOS 100 ANOS!
Os mandamos este regalo de recuerdo de sus madres de San Antón por esta celebración tan importante para todas vosotras. En la Eucaristía nos unimos. Ella sea siempre el centro de nuestra vida y la razón de nuestra existencia.
Muy unidas en la Adoración, recibid el abrazo fraterno de cada una de las hermanas de este Monasterio de San Antón y en especial de la menor de ellas,
Sor Pilar Montoro, abadesa
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